Aventura nº 1: El comienzo.
Los gritos de los hombres que corrían de un lado a otro se
oían desde el otro barco, nunca era bueno cruzarse con piratas, y menos si esos
piratas iban bajo la bandera de los “Cazadores del Mar”, cuyo capitán, Max
Jackson, conocido mucho mejor como Max “Estocada Mortal”, era uno de los
piratas más temibles y temidos de los Siete Mares. Desde hacía varios años “Max
Estocada Mortal” venía siendo el amo y señor de los Siete Mares. Caracterizado
por su excelente manejo de la espada (cualquier tipo de espada) y por su
respeto hacia la esgrima, Max “Estocada Mortal” destacaba sobre todo por su
juventud, y por qué no decirlo, también por su atractivo. Era el modelo a
seguir de muchos jóvenes, aburridos, de la nobleza, y de muchos otros que veían
en la piratería la oportunidad de hacerse ricos. Era el sueño de todas las
mujeres sin excepción, que veían en él la oportunidad de llevar una vida que ni
locas podrían llevar en tierra.
Pero Max “Estocada Mortal” era más que eso. Era más que un
pirata temible y temido, era más que el sueño de todos los jóvenes del mundo.
Max “Estocada Mortal” era también un joven, un joven que despechado había
sucumbido a los encantos del mar, de los grandes tesoros, de la libertad,
porque Max “Estocada Mortal” era eso, la libertad, pero la libertad con
mayúscula.
Para comprender el carácter de Max “Estocada Mortal” hay que
remontarse unos años atrás, cuando Max “Estocada Mortal” todavía era simple y
llanamente Max Jackson, de los Jackson de Newport, en Gales. En ese entonces él
era un simple muchacho de catorce años que se estaba preparando para algún día
llevar el negocio de su padre, un rico mercader que vendía productos de lujo y
que finalmente se había asentado con su hijo en Newport, porque Max Jackson era
huérfano de madre desde el día de su nacimiento. Pero los años fueron pasando,
y el día de su dieciséis cumpleaños, mientras estaba limpiando el mostrador de
la tienda de su padre (en la que ya trabajaba), fijó su vista en una muchacha
que con mucho interés estaba observando una pluma de ave, pero no de cualquier
ave, sino de un pavo real. Entonces Max “Estocada Mortal”, que en ese momento
todavía era Max Jackson, se acercó a la muchacha, que con mucho interés (quizás
con más interés del que mostraba hacia la pluma) miró a Max Jackson y le
sonrió.
-
Me
gustaría comprar esta pluma, ¿cuál es su precio?- Max frunció el ceño, pero aun
así trató de ser amable.
-
Lo
siento señorita, pero esa pluma no está en venta.- Entonces la sonrisa que la
muchacha había puesto en sus labios despareció, y fue sustituida por una mirada
triste.
-
Oh,
lo siento, es que como estaba en el estante pensé que…- Max frunció aun más el
ceño.
-
No
está a la venta, pero si quieres te la puedo regalar, es una pluma muy
especial, pero aun así…- El rostro de la muchacha se iluminó de nuevo.
-
¿En
serio?- Max asintió sonriéndole de vuelta.- ¿Y por qué es especial esta pluma?-
El rostro de Max se entristeció ante esa pregunta.
-
Fue
un regalo… Me la trajeron de América por mi quinto cumpleaños.
-
América…
Me gustaría tanto ir allí…- El rostro de la muchacha se entristeció otra vez.
-
¿Por
qué?- La muchacha se sorprendió ante esa pregunta.
-
Porque
es la tierra de la libertad.- Esas palabras quedarían grabadas para siempre en
la mente de Max Jackson.
Al año siguiente, por su decimoséptimo cumpleaños, Max
Jackson estaba corriendo hacia el hospital de Newport, donde la muchacha de la
tienda se encontraba. En cuanto Max la vio su mirada se puso triste, haciendo
que la sonrisa de la muchacha desapareciera de su rostro y se entristeciera,
porque en ese año, Max y ella se habían convertido en mejores amigos, y a la
muchacha no le gustaba ver a Max Jackson triste.
-
Recuerda
Max, que lo importante es ser uno mismo, dejarse llevar y ser, sobre todo
libre, y la única libertad que podemos encontrar es el mar, donde no hay nadie
que nos diga lo que podemos o no hacer, ni cuál es nuestro deber…- Las lágrimas
corrían por el rostro de Max Jackson mientras la muchacha le sostenía la mano y
se la acariciaba suavemente, porque esas serían las últimas palabras que Max
oiría de la boca de su amiga…
Desde aquel día Max Jackson se prometió a sí mismo que
llevaría una vida de libertad, convirtiéndose en Max “Estocada Mortal” y
llegando a ser amo y señor de los Siete Mares en tan sólo tres años, cumpliendo
con la promesa y los deseos de su amiga, cuyo nombre nunca nadie más que él lo
sabrá. Pero nadie conoce esta parte de Max “Estocada Mortal”, porque Max
“Estocada Mortal” era ante todo un pirata, y los piratas nunca cumplían
promesas y nunca hacían nada por nadie.
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