miércoles, 9 de abril de 2014

Una de Algo

Cap. 11
Llegó a la plaza. Un escalofrío recorrió su espalda. Después de tanto tiempo por fin se volverían a encontrar.
Buscó el edificio con la mirada. La chica tenía razón, tenía todo el aspecto de una herboristería. Mientras caminaba hacia allí se preguntó cómo estaría Clío y si sería capaz de reconocerlo, pues la última vez que se habían visto él estaba a punto de cumplir diecisiete años y ya había finalizado su entrenamiento, desde entonces ya sólo dependería de él ser mejor espadachín o no.
Entró en la herboristería-enfermería, haciendo que una pequeña campana sonase aunciando su presencia. Un chico se acercó a él.
-          ¿Deseas algo?- el chico le preguntó de forma educada. Era más bien bajo, de pelo cobrizo y muy lacio y ojos oscuros y rasgados. No parecía tener más de quince años.
-          Sí. Busco a Clío.- Esas palabras hicieron que la antes amable mirada del chico ahora pasase a ser de sospecha, y Dimitri lo notó.- No te preocupes, no voy a hacer nada. Sólo quiero hablar con ella. Es mi hermana y hace mucho que no la veo.- El chico seguía mirándolo con sospecha.
-          Ella no me dijo nada de ningún hermano.
-          Bueno, es que no soy exactamente su hermano, pero como si lo fuera, fue ella quien me crió.- En ese momento una cabeza se asomó por la puerta. Era una mujer. Era Clío.
-          Dimitri…- Los ojos azules de Clío miraban fijamente a los de Dimitri, tan parecidos y a la vez tan distintos.
-          Hola, supongo.- Dimitri la miró fijamente. Seguía siendo pelirroja, aunque ahora tenía el pelo algo más oscuro. Los ojos seguían iguales: intensamente azules grandes, pero con un destello del que carecían los de Dimitri. Seguía teniendo su cuerpo de kunoichi, estaba claro que había seguido ejercitándose. Y seguía con la piel tan blanca como siempre.
-          ¿Solo “hola”?- El ambiente era un poco tenso entre ellos.
-          No sé qué más decir.- Estaba serio, algo que contrastaba con el carácter risueño que hasta hacía un par de años era propio de él.
-          No digas nada. Tan sólo me esperaba algo más original.- Clío sonrió, mostrando su blanca dentadura (algo poco común en la época) y relajando el ambiente.- ¿Para qué has venido pues?
-          ¿Creo que ya sabes la razón.- Dimitri miró de reojo al chico que le había atendido.
-          ¿Entonces ya toca?
-          Todavía no. Tenemos que reunirnos con Zola y luego contactar con Mars. No sabemos nada de él desde que lo encarcelaron.- Clío miró con incredulidad a Dimitri.
-          Estás mintiendo. No se lo pudieron llevar.
-          No miento. Sí que se lo llevaron. Zola y yo estábamos presentes cuando ocurrió.
-          ¿Cómo ocurrió?- Clío quería saberlo todo. Esos chicos habían sido como sus hermanos, y daría todo lo que fuera por ellos. Al fin y al cabo sólo les separaban dieciséis años.
-          Te lo contaré por el camino si vienes. Si no vienes, rezaré para que no nos pase nada y todo salga bien.
-          No te preocupes Dimitri. Iré contigo. ¿Cuándo quieres partir?
-          Mañana sería perfecto. Estoy agotado y necesito descansar.

-          Está hecho. Mañana partiremos. Cali, Flavia y tú os quedaréis al mando de esto. Mañana os daré las instrucciones.- Cali era el chico que había atendido a Dimitri.

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