Cuando Alfredo le dijo a
Totó en la película “Cinema Paradiso” que nunca más volviese
al pueblo, porque todo sería distinto, no lo comprendí muy bien.
Ahora, viviendo en otra
ciudad y volviendo a la mía cada fin de semana por segundo año
consecutivo, puedo comprender a lo que el viejo Alfredo se refería.
Nada para mí es como era hace un par de años, he perdido el
contacto con mucha gente, y con la que sigo en contacto solo la puedo
ver cuando hay más de tres días de descanso.
Es triste, pues ver a
grupos de amigos, cada vez que vuelvo a casa, planear lo que van a
hacer durante el fin de semana, me deprime, haciéndome recordar los
años de secundaria y bachiller en los que, aunque no salía mucho,
planeábamos con toda la ilusión del mundo lo que íbamos a hacer
los días que decidíamos quedar.
Ahora, estando en otra
ciudad por motivos de estudio, puedo decir que he conocido a gente
maravillosa, con la que me llevo bien y con la que puedo compartir
cosas, ya sea títulos de libros, una noche de cine, o hablar de mis
problemas.
Sin embargo, me da mucho
miedo que al acabar la carrera y al volver a mi ciudad (probablemente
no encuentre trabajo), pierda el contacto con ellos. Aunque espero
que eso no ocurra, pues, aunque me de pereza, procuraré enviarles
algún mensajito de vez en cuando. Sólo para no perderlos a ellos
también.
Dedicado al Bad
Friends Trio y a Lorena, ese
territorio entre Francia y Alemania.
A
1 de marzo de 2014
Diario de un rincón
de mí.
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